Esta es mi guarnición favorita desde que era pequeña, los fines de semana que comíamos en su casa siempre le pedía sus patatas amarillas, que ella preparaba con todo su cariño para mí porque sabía que eran mis favoritas y yo una niña muy mal comedora.
Cuando ya estaba bastante mayor le pedí que me enseñase a hacerlas, para ayudarle a prepararlas y para poder aprender todos los trucos que hacían que su receta fuese especial y que no se perdiese. Así ahora yo se la preparo a mis hijos y espero que en algún momento se la pueda preparar a mis nietos.
Aunque es un plato de lo más sencillo a mí me chiflan, son melosas, con un punto de sabor muy especial que le da el pimiento, quedan muy tiernas pero no se deshacen y es lo que mejor le va a los estofados de carne. Pero leer la receta hasta el final que no solo el factor pimiento es la clave hay otro truco que os dejo más adelante para lograr su sabor único.
Ingredientes:
- 1 kg de patatas pequeñas de guarnición.
- 1 lata pequeña de pimientos morro es cortados en tiras.
- Aceite
- Sal
Elaboración:
Pelamos las patatas , lavamos y secamos bien.
Las freímos ligeramente en una sartén con abundante aceite caliente, simplemente hasta que empiecen a dorarse, reservamos.
Las ponemos en la crockpot, añadimos la lata de pimientos con el líquido, si estas haciendo estofado añádele un par de cucharadas soperas de su jugo, si no un poquito de agua. Salamos ligeramente y cocinamos 4 horas en alta, removemos de vez en cuando para que no se peguen y para controlar que no se sequen.
No sufras, si no tienes olla de cocción lenta, las pones en una olla normal y las dejas cocer a fuego medio- bajo durante unos 45-60 minutos hasta que estén hechas (cuando pinches con un cuchillo y entre en la carne de la patata sin presionar).
A disfrutar.
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