Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que este curso, una de mis prioridades, es priorizar mi tiempo en la vida real, lo que implica dejar un poco de lado el blog, eso unido a que cada vez es más difícil crear contenido de calidad sin caer en lo ya visto, hace que me veáis poco por aquí y que sólo me pase a desayunar cuando realmente tengo algo que decir.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que empecé a leer atónita las dimensiones que estaba tomando el caso Weinstein en EEUU. No daba crédito a que semejante depredador sexual pudiese haber estado actuando tantos años impunemente. Nos creemos que hemos adelantado un montón, pero a mí me da la sensación, de que, en temas de igualdad sexual, cada vez vamos a peor. Me disgusta enormemente descubrir que a raíz de la primera, haya surgido una catarata de denuncias, no sólo contra este individuo, sino contra otras muchas estrellas consagradas como Kevin Spacey. Me deja alucinada que se siga imponiendo el tándem hombre poderoso+acoso sexual y que la industria mire hacia otro lado con tal de continuar con el show y seguir haciendo pasta.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que me enfurece que en pleno siglo XXI Kate Blanchet explique la diferencia entre vestirse sexy y querer sexo, y que sea titular en todos los periódicos, ¿perdona? ¿todavía tenemos que explicar que nos gusta vestirnos sexis para nosotras mismas?, que nos gusta vernos bien y atractivas y no por eso buscamos guerra con el primer tío que pase por nuestra puerta, es un tema que me asquea, por recurrente, por .
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que al principio estaba atónita, después alucinada pero tras oír a Pepa Bueno, entendí que no es el miedo a denunciar lo que paraliza a las víctimas, sino el miedo a acabar en la picota lo que las frena. Sólo tenemos que leer las informaciones de esta semana sobre el juicio a "la manada", la vergonzosa admisión de un informe de un detective privado mientras que los mensajes que se dedicaban entre ellos acusados animándose a violar a mujeres, no fueron admitidos como prueba, otra forma de violencia más como bien dice Almudena Grandes.
Si estuviésemos desayunando juntos,os recomendaría el artículo de Manuel Jabois, de la que soy fan declarada, la mujer no tiene que ser plañidera para que sepamos que tiene sentimientos. No señores no tenemos que desgarrarnos por la calle para sentir dolor, podemos ser fuertes y llevarlo por dentro, e incluso hacer vidas aparentemente normales y eso no significa que seamos frías, calculadoras, o que carezcamos de sentimientos, no, significa que podemos reponernos del dolor y seguir con la vida por mucho que nos cueste.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que si los niños tienen tan claro que las partes privadas no se tocan sin consentimiento, ¿por qué a los hombres cuando se hacen mayores se les olvida? os recomiendo este sencillo vídeo donde se se explica el consentimiento con tomar una taza de te, más sencillo de entender imposible, cuando dices que no, es no.
¡ Buen fin de semana!
PD: El bizcocho de la receta es este de calabaza pero añadiéndole semillas además de las pepitas de chocolate.
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