Para mí es la granola perfecta, es crujiente pero suelta, está llena de aromas y sabores y está igual de buena con leche o con yogurt.
INGREDIENTES:
- 300 gr de copos de avena
- 50 gr de quinoa (sin lavar)
- 60 gr de semillas (amapola, chía, pipas de girasol, de calabaza)
- 50 gr de nueces peladas y cortadas en trozos gruesos
- una cucharada de canela
- una pizca de sal
- 50 gr de miel de sabor suave
- 50 gr de aceite de oliva suave
- 50 gr de sirope de agave o de arce
- fruta deshidratada (plátano, coco, papaya, pasas)
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno calor arriba y abajo a 180 C.
En un bol grande ponemos todos los sólidos (la avena, la quinoa, las semillas y las nueces) menos la fruta deshidratada, añadimos la canela y la sal y removemos.
En otro bol mezclamos el aceite con el sirope y la miel. Añadimos al bol de los sólidos removiendo con la ayuda d una cuchara de madera hasta que esté toda la mezcla bien impregnada.
Esparcimos la mezclad e manera homogénea en una bandeja de horno forrada de papel y horneamos a media altura unos veinte minutos. De vez en cuando removemos la mezcla ara que se dore por igual, y horneamos hasta que veamos que está bien dorada.
Una vez lista la dejamos enfriar, cuando esté fría añadimos la fruta deshidratada y la guardamos en un tarro hermético.
Dura unas tres semanas.
NOTAS:
Podéis variar los ingredientes quitando lo que no os guste, las semillas que os gusten, añadir más nueces, pero sobre todo la fruta deshidratada, podéis quitarle las pasas o el coco, o añadir otras frutas, aquí ya lo que cada uno prefiera. Lo importante en este caso es que no la hornees por que se quedan dura.
Ojo con las nueces que se queman enseguida y si se queman amargan.
Esta receta es muy sencilla, pero hay que estar pendiente, no os olvidéis de ir removiendo y vigilando, que pasa de dorado a quemado en un suspiro.
Y vosotros, ¿sois fans de la granola?
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