Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, esta semana empezó de la peor forma de la que podía empezar, con el fallecimiento de una persona joven, llena de vida, y con un futuro brillante por delante. Leemos noticias así todos los días, pero esta noticia, nos dio un pellizco en el corazón, porque para muchos, aun sin conocerla personalmente, esa persona que faltaba era especial. Indara, permíteme que te tutee, era de esas personas que traspasan la pantalla para ser compañeros de vida, aunque no la conocieses de nada. Era de esas personas que poseen la fortaleza de espíritu de las personas frágiles, de las que se ponen el mundo por montera, de las que parece que hacen todo lo que quieren, para hacer realmente más de lo que pueden, de esas que apuran la vida, que la disfrutan a cada momento, maravillándonos, a los que observamos tras el cristal, pero de las que, en su intimidad más recóndita, sólo ellos saben de su temor a no llegar a mañana.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, comparto plenamente la reflexión de Mamá Vintage, se, que no vamos a conseguir vivir todos los días como si fuese viernes, que no vamos a volvernos unos viva la virgen de la noche a la mañana, pero qué tal, si de vez en cuando, un miércoles es especial, así por nada, si nos relajamos y dejamos de fustigar al vecino por sandeces, si nos hacemos la vida un poco más fácil.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, lo que más me impresionó de su despedida pública, fue la unanimidad con la que todo el mundo se volcó en reconocer la persona de Indara, y eso en España y siendo mujer es tan raro como encontrarte con una vaca volando. Por desgracia, lo normal, o lo que hemos normalizado, es la actitud de crítica feroz, de insulto despiadado hasta llegar al acoso, hacia aquellas mujeres jóvenes que triunfan. Sólo hay que ver el último vídeo que ha colgado Alexandra Pereira en su canal, Lovely Pepa, otra gallega como Indara, que evidentemente no es profeta en su tierra.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, yo nunca he entendido que beneficios reporta soltar toda esa bilis contra alguien, que para mí una de las facetas de la alegría de vivir es otra frase en francés: laissez faire, lasseiz passer, no te gusta, no la sigas o no le compres, pero no insultes, no critiques, no destroces. Las mujeres somos el peor lobo contra nosotras mismas, seamos conscientes de que ser feliz no es sólo disfrutar de los momentos, que también, ser feliz, es una actitud en la vida, de respeto y de tolerancia.
Buen fin de semana, espero veros por aquí el lunes.
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