Una de las cosas que me gusta preparar durante el fin de semana es granola casera, desde que empecé a hacerla siempre tengo un bote en mi despensa, hace años que sustituí los cereales industriales por esta opción que es muchísimo más sana. Lo mejor de la granola, es que no sólo podéis tomarla en el desayuno, de hecho, yo por semana me la tomo como merienda, con un yogur y un poco de fruta cortada, sobre todo si voy a hacer deporte por la tarde, me aporta la energía suficiente para no llegar muerta de hambre a la cena.
En la receta de hoy he añadido quinoa. Tengo que reconocer que no le acabo de encontrar el punto a la quinoa cocinada, pero en esta receta le da un toque súpercrujiente que me encanta.
INGREDIENTES:
- 150 gr de Quinoa
- 70 gr de copos de avena
- 30 gr de semillas variadas (girasol, calabaza, amapola, chia...)
- 30 ml de sirope de agave
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 180 ºC.
Ponemos la quinoa, la avena, las semillas, el sirope y el aceite en un bol y mezclamos bien hasta que esté toda la mezcla bien impregnada.
Extendemos la mezcla en una bandeja de horno forrada con papel antiadherente y horneamos unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que esté dorada. Dejamos enfriar antes de guardar en un bote hermético.
NOTAS:
Puedes añadirle una cucharadita de canela para darle más sabor.
Durante los cinco últimos minutos vigila el horno, porque pasa del dorado al quemado muy rápido.
En bote hermético os puede durar hasta dos semanas perfectamente, a mí me gusta hacer poca cantidad para ir variando los ingredientes.
Si queréis otros sabores tenéis la clásica o la de cacao.
¿Os animáis a preparar la vuestra?
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