Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, hace casi dos meses, os prometí que os hablaría más en profundidad de cómo he cambiado mis hábitos alimenticios y por ende, los de toda la familia, para consumir menos azúcar e intentar erradicar los ultra procesados de nuestra dieta, así que allá voy.
Si estuviésemos desayunando juntos, os contaría que, cuando empecé a preocuparme seriamente por el tema del azúcar en el blog, la infanta Cristina, la del blog no la de Suiza ;-P, me recomendó el libro de Mi dieta Cojea, y a partir ahí, no sé en qué orden, comencé también a seguir los Stories de Carlos Ríos y de Juan Llorca, casi sin darme cuenta, he ido introduciendo cambios importantes en nuestra manera de comer y sobre todo de consumir.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, siempre he intentado comer bien, nunca me han gustado los productos light, ni los platos precocinados, me gustan las verduras y aunque la fruta me costaba más comerla, también me gusta. Pero poco a poco, por la prisa, el bombardeo constante o el desconocimiento, habíamos introducido en nuestra dieta habitual y en nuestros hábitos de alimentación y de consumo, muchos productos que no nos aportan ningún valor, zumos para los niños, algunos tipos de lácteos.... Gracias a estos tres divulgadores, me he dado cuenta del daño que le estamos haciendo a la salud a largo plazo, sobre todo lo mal que estamos enseñando a comer a los niños, comiendo tanto azúcar, aceites y grasas de mala calidad, estabilizantes, aromatizantes, etc, etc, etc, me di cuenta de que no se puede uno fiar de lo que parece, que la industria alimentaria nos manipula, y que hay que molestarse en leer muy bien las etiquetas, así que decidí cambiar.
Si estuviésemos desayunando juntos, os contaría que, no ha sido un cambio radical, sino que más bien hemos aprendido a comer mejor, a leer las etiquetas de los alimentos, y a optar por opciones más sanas. Digo hemos, porque cuando me toca ir al supermercado con los niños, les explico por qué compro una marca u otra o un producto frente a otro leyéndoles las etiquetas, al principio tardaba mucho más, pero ahora ya se cuáles son las mejores opciones y voy más rápido, realmente muchas veces es comprar comida de verdad. No vamos a dejar de comer carne, no vamos a renunciar a darnos caprichos de vez en cuando, o a tomarme una cerveza cuando me apetezca, pero si decido acompañar la cerveza con unas patatas fritas que sean patatas fritas no un amasijo de ingredientes químicos.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, por ejemplo, he dejado de comprar galletas industriales, no sólo para los niños, sino también las que se supone que son para adultos. Ahora todas las semanas hago un bizcocho, magdalenas o galletas caseras, llevan azúcar, sí, pero si queremos darnos un capricho dulce, antes toca una pieza de fruta y después, el dulce, sabiendo lo que están comiendo y que está preparado con ingredientes de calidad. Si tienen hambre entre horas, lo que primero les ofrezco siempre es fruta, ahora de primer plato siempre hay verduras, protestan, pero poco a poco se van adaptando, y así comemos muchísima más fruta, verduras y legumbres.
Si estuviésemos desayunando juntos, os contaría que, este cambio ha influido en que estas navidades no haya cogido tantos kilos como otros años, porque los excesos han sido días puntuales y que desde que me propuse comer mejor, no me he vuelto a plantear ponerme a dieta, porque se que simplemente tengo que volver a comer bien.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, para este cambio es fundamental la organización, sobre todo en la compra. Tengo la suerte de tener un huerto ecológico al lado de casa, con lo que consumo mucha más verdura de temporada, de proximidad y sin pesticidas, os dejo el link para lo que vivís en El Puerto (El Chopo). En base a lo que compre cada semana, intento organizarme el menú de la semana siguiente, aunque siempre procuro dejarlo un poco abierto por si un día me apetece cambiar de opción.
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que, básicamente es organizarte un poco, si te enfrentas a la nevera a las ocho de la tarde sin saber que vas a hacer, tienes muchas papeletas para hacer cualquier cosa, comer rápido y mal. Si te organizas medianamente, puedes hacer preparaciones con antelación, aprovechar que enciendes el horno para cocinar varias recetas, ahorrar tiempo y comer mejor. Vamos, lo que ahora está tan de moda del Batch Cooking, que si no sabéis lo que es, os recomiendo las cuentas de Chloe Sucree de Being Biotiful, de Elka Mocker de Ama Come, Vive, Brilla, y de Tere Marinval de Las María Cocinillas. En sus blogs podéis encontrar planes específicos para hacer batch cooking, cursos, video-tutoriales, etc. Si coméis habitualmente fuera de casa y solamente necesitáis inspiración con los menús de las cenas, os recomiendo el blog de Cristina Ferrer es una auténtica crack en organización, ideal para cuando tienes poco tiempo. Aunque para mí, los número uno con diferencia en organización y aprovechamiento son los Sres. Webos Fritos, en su hashtaq de Instagram #nadienaceenseñado, Susana nos da mil tips de organización, aprovechamiento, menús, como guardar y congelar las sobras, como organizar la nevera, etc , no dejéis de seguirlos porque es otro nivel.
Si estuviésemos desayunando juntos, os preguntaría, y vosotros ¿coméis comida de verdad? ¿alguno más en la sala que quiera comer bien?. Por si os sirve de ayuda allá por la prehistoria del blog publiqué algunas ideas de como organizo mi despensa y mis menús, los podéis encontrar en la etiqueta despensa. Nos vemos el lunes con la receta del bizcocho de la foto, que es el que más hago desde que me compré la kichenaid. ¡Buen fin de semana!
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