Ya os comenté que a finales de verano nos mudamos por lo que el plan que tenemos es descansar y disfrutar sin prisas. Da mucha pena que los niños crezcan, pero que queréis que os diga, yo estoy encantada de estar en este momento en el que puedes relajarte con los horarios, que no hace falta estar a la hora en punto en casa para el baño y la cena, ese momento en que si surge, nos tomamos unas tapas y cenamos tal cual en la playa disfrutando de la mejor puesta de sol o nos quedamos a coger olas hasta que casi no se ve, lujos de poder pasar un verano sin prisas acompañados de los #bichos.
Pero como comer hay que comer, y a veces tenemos invitados, hoy me paso para dejaros una receta facilona para solucionar un postre con básicos de nevera. Una tarta cremosa al que el toque de la fruta dulce le va como anillo al dedo. ¿ os apetece?
INGREDIENTES:
- 150 grs de azúcar
- 150 grs de harina normal
- 3 huevos
- 30 grs de mantequilla derretida
- 1/2 litro de leche entera
- la corteza de un limón
- 1 pizca de sal
- 200 grs de fresas y frambuesas aprox.
- Azúcar glas para decorar
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º.
En un cazo ponemos a calentar la leche con la piel del limón, la calentamos sin que llegue a hervir.
En un cazo ponemos a calentar la leche con la piel del limón, la calentamos sin que llegue a hervir.
Mientras tanto en un bol mezclamos la harina, el azúcar y la sal. incorporamos los huevos y mezclamos bien. Añadimos la leche previamente colada y mezclamos todo.
Engrasamos un molde redondo y colocamos las frutas en el fondo separadas entre si. Vertemos la mezcla encima y “recolocamos ” las fresas. Horneamos durante unos 45 minutos hasta que cuaje.
Espolvorear con el azúcar glas y servir.
NOTAS:
La receta original con cerezas la tenéis aquí pero también queda bien con ciruleas, albaricoques...
Si queréis presentarlo desmoldado como el de la foto, sólo tenéis que forrar el molde con papel de hornear para que podáis desmoldar sin problema.
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