Teniendo dos limoneros en la huerta, todos los años toca inventarse nuevas recetas para sacarles partido (lemon pie, bizcochos, lemon curd ...) y este año lo he añadido a la receta de la tarta de queso. Le da un toque de lo más refrescante lo que lo hace un broche final estupendo.
INGREDIENTES:
- 200 gr de galletas tipo María
- 125 grs de mantequilla fundida
- 250 gr de queso mascarpone
- 200 gr de nata para montar
- 100 gr de azúcar
- 100 ml de zumo de limón
- 3 láminas de gelatina
- 250 gr de frambuesas
ELABORACIÓN:
Forramos con papel de horno la base de un molde desmoldable de unos 23 cm. Trituramos las galletas, las mezclamos con la mantequilla y las colocamos en el molde que hemos forrado, apretando con la ayuda de un tenedor, hasta formar un base homogénea, reservamos en la nevera.
En un bol pequeño hidratamos las hojas de gelatina en agua muy fría. Calentamos un poco el zumo de limón, en cuanto la gelatina esté hidratada la escurrimos bien y la disolvemos en el zumo, reservamos.
En un bol amplio empezamos a batir la nata para montarla, en cuanto empiece a espesar añadimos el azúcar, seguimos montando hasta montar totalmente la nata, añadimos el queso y batimos suavemente para que la nata no se baje, añadimos poco a poco el zumo de limón.
Volcamos la mezcla en el molde que habíamos reservado, sobre la base de galleta y dejamos enfriar en la nevera unas seis horas. Antes de servir decoramos con las frambuesas.
NOTAS:
Si tenéis prisa podéis acelerar el proceso de cuajado metiendo la tarta una hora en el congelador.
La podéis decorar con arándanos, moras, grosellas o las frutas que prefiráis, pero para mi esta mezcla de limón y frambuesa es la combinación perfecta, acompañada de una limonada casera es una merienda perfecta.
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