03 febrero 2017

¿DESAYUNAMOS JUNTOS? #La PALABRA

¡Buenos días! Hoy, como todos los viernes, os invito a desayunar en mi casa, ¿os animáis a coger vuestro café y tomároslo conmigo?


Mega Cookie  en sartén
Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que esta semana hemos tenido de todo. Empezamos con el Sr. Trump como no, que ha tenido a bien blindar a su país ante el ataque de los refugiados, y darle estopa a la ONU, a la Unión Europea, a los israelíes, a los rusos y a todo el que se le ha puesto por delante. 

Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que menos mal que la Unión Europea ha empezado a despertar y ha vetado a Ted Malloch, el feroz antieuropeísta que Trump pretendía nombrar embajador. Es triste que sea el desolador panorama que se presenta ante nosotros, los europeos, el rechazo de nuestro aliado principal Estados Unidos, el Brexit, Rusia, ... lo que nos haya llevado a empezar a despertar y a unirnos ante el mal común. 

Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que son las palabras cargadas y agitadas las que tienen el poder de transformar, como dice Iván Ferreiro, para bien o para mal, no importan sólo los hechos, sino también cómo los transmitimos a los demás, y es la fiereza de su discurso, lo que preocupa de Trump, esa cólera que le lleva a actuar y a escupir contra todo y contra todos.

Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que justamente las palabras, son las creadoras de la polémica que se ha creado entorno al libro de Samanta Villar, creo que ha conseguido estar donde quería estar, en boca de todos. Independientemente de lo que penséis, ha creado un debate de tal calibre, que ya no sabemos dónde ha quedado la normalidad, una maternidad sin complejos, sin artificios, que ni es maravillosa ni es un tormento. Busquemos el punto medio, el lagom,  y ahí creo que debemos de estar.

Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que en algún sitio leí un metáfora que me parece especialmente gráfica. Cuando tiras un plato al suelo y se rompe, puedes reconstruir los pedazos, pero el plato no vuelve a ser el mismo. Eso mismo pasa con lo que decimos, ese es el poder de las palabras, podemos utilizarlas para el mal, para excluir, para dañar, o podemos utilizarlas para empoderar, para motivar, o para agradecer.


Si estuviésemos desayunando juntos, os diría que yo soy más de buscar el lado positivo, de dar palabras de ánimo o de aliento, y cuando no salen siempre podemos darnos un plus de chocolate un extra, para ayudar ;-).

¡Buen fin de semana y nos vemos el domingo!

PD: El lunes tendréis la receta de la Mega Cookie en Sartén de la foto, una receta para chuparse los dedos y fácil, fácil. 

1 comentario

  1. Me gusta la metáfora de las palabras y el plato. Pueden hacer tanto bien y también tanto mal cuando las dejamos salir sin pensar...
    Buen fin de semana.

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